Una de las consultas que más recibimos es la de cómo controlar la ansiedad. Muchas personas se ven superadas por su día a día, por el trabajo o por un cúmulo de situaciones que les hacen sentir que no pueden manejar el estrés. Por ello, en nuestra consulta enseñamos ejercicios para superar la ansiedad mediante la terapia cognitivo conductual. En el siguiente texto vamos a explicarte algunos conceptos sobre el estrés, así como las causas, síntomas y tratamiento psicológico de la ansiedad.
ANSIEDAD BUENA O ANSIEDAD ADAPTATIVA
Los problemas de ansiedad son muy habituales en consulta. De hecho, alrededor del 25% de la población sufre algún trastorno de ansiedad. Aún así, debemos saber que la ansiedad es una reacción saludable y normal. Consiste en una serie de cambios corporales, de pensamientos y de acciones, que nos permite afrontar amenazas o peligros, cambios que pueden ser de gran ayuda si necesitamos reaccionar rápidamente.
Por ejemplo, imagina que vas a cruzar la calle y ves a un coche que viene a toda velocidad. En ese momento piensas: “no va a frenar”, “me va a atropellar”, etc. Este pensamiento hará que sientas taquicardia, dificultades para respirar, calor… y todo ello hará que tu actuación sea mucho más rápida y pongas a salvo tu vida.
Como vemos, la finalidad de la ansiedad es la de movilizarnos ante situaciones peligrosas, amenazantes o en las que se pone en juego algo importante para nuestra vida, con el fin de que pongamos en marcha las estrategias necesarias para evitar el riesgo, neutralizarlo, asumirlo o afrontarlo adecuadamente.
La función de la ansiedad es la de activar nuestros recursos para dar la respuesta más adecuada ante un peligro, y, de ese modo, sobrevivir.
Por todo esto diremos que la ansiedad es adaptativa, ya que fue diseñada para ayudar a la supervivencia de la especie. Cada vez que nos encontramos en peligro, el circuito de ansiedad se dispara haciendo que reaccionemos de la forma más eficaz para sobrevivir.
Es importante saber que es un fenómeno que podemos experimentar todas las personas y que, en condiciones normales, mejora el rendimiento y la adaptación al medio. Por ello, no tiene sentido querer curar o quitar la ansiedad ya que tiene que formar parte de nuestra vida, pero dentro de unos niveles adecuados.
Si una persona afronta, por ejemplo, un partido de tenis con un nivel moderado de ansiedad, su activación fisiológica será mayor y también su concentración y motivación. De esta manera realizará un mejor juego. Pero si, en este caso, la ansiedad es demasiado elevada, la actuación de nuestro jugador será mucho peor.
Por lo tanto, vemos que la ansiedad no es “mala” sino que, generalmente, puede incluso servirnos de ayuda o ser nuestra aliada.
Pero, entonces, ¿por qué nos hace sufrir tanto en algunas ocasiones?
ANSIEDAD COMO PROBLEMA
La ansiedad, que en principio nos beneficia, puede perjudicarnos en dos ocasiones:
- Cuando se activa ante situaciones en las que no existe peligro o la probabilidad es muy baja (por ejemplo subir a un ascensor).
- Cuando se activa ante situaciones en las que la persona sí tiene que actuar de una manera especial o sí hay algo en juego pero la ansiedad es desproporcionada (por ejemplo un examen).
La ansiedad nos perjudica cuando hacemos una valoración de peligro cuando no existe o la probabilidad de que ocurra es baja.
Por lo tanto, la persona que tiene un problema de ansiedad no es rara, no sufre algo extraño a las demás personas, la ansiedad no es diferente en él que en los demás. Podríamos decir que no es una cuestión de calidad, sino de cantidad. Lo que ocurre es que, o dispara respuestas de ansiedad con más frecuencia, o con más intensidad.
SÍNTOMAS DE LA ANSIEDAD
Si quieres saber detectar una crisis de ansiedad o poder superar el estrés que te cuesta controlar en algún momento, es importante que sepas los síntomas o sensaciones que acompañan a los problemas de ansiedad.
- Síntomas físicos de la ansiedad. Las reacciones físicas que acompañan a la ansiedad suelen ser las siguientes: tensión muscular (puede ser que te duela el cuello o aprietes la mandíbula), mareo, aumento del ritmo cardíaco, temblores, aumento del ritmo respiratorio, molestias en el estómago (puedes hacer malas digestiones o perder el apetito), ganas de orinar, calor, sudor, sequedad de boca.
- Síntomas cognitivos de la ansiedad. Son los pensamientos o lo que nos decimos a nosotros mismos cuando padecemos ansiedad. En momentos de estrés solemos hacer interpretaciones catastróficas (“todo me sale mal”, “seguro que no puedo superarlo”) y tenemos una sensación de peligro inmediato, como la seguridad de que va a pasar algo malo. Estos pensamientos varían dependiendo del trastorno de ansiedad, por ejemplo, una persona con un ataque de pánico creerá que le va a dar un ataque al corazón, si sufre ansiedad generalizada tendrá preocupaciones constantes sobre problemas de la vida cotidiana, si padece hipocondría tendrá pensamientos muy negativos sobre su salud, etc.
Los síntomas de la ansiedad son físicos, cognitivos, conductuales o sociales, aunque cada persona experimenta la ansiedad de una modo diferente.
- Síntomas conductuales de la ansiedad. Para intentar controlar la ansiedad solemos actuar de una manera determinada, elegimos ciertos comportamientos que nos ayudan a sentirnos mejor. Lo habitual es que las personas que tienen ansiedad reaccionen evitando una situación o intentando escapar de ella. Por ejemplo, una persona con hipocondría puede evitar hablar de enfermedades o una persona con ataques de pánico puede “escapar” al hospital más cercano.
- Síntomas sociales de la ansiedad. Más que síntomas podríamos decir que son consecuencias. Cuándo una persona sufre ansiedad es normal que esté más irritable, se enfade con mayor facilidad e incluso puede apetecerle estar solo y aislarse de los demás. Por ello, la vida social de las personas que no pueden manejar su estrés puede verse afectada de manera negativa.
Cada persona reacciona al estrés de una manera diferente. Por ello, puede ser que te sientas identificado con alguno síntomas y con otros no. También depende de la situación en la que nos encontremos que se disparen unas sensaciones u otras. Ten en cuenta que tratamos de hacer una aproximación general, nadie conoce mejor que tu mismo como sientes tu ansiedad.
TRATAMIENTO DE LA ANSIEDAD
En este punto os hablamos del tratamiento cognitivo conductual de la ansiedad. Es importante decir que es la terapia que cuenta con evidencias científicas en la cura de la ansiedad. Múltiples estudios demuestran que la terapia cognitivo conductual es eficaz en a la hora de combatir la ansiedad y lo hace en un tiempo más breve si la comparamos con otros tratamientos.
Durante la terapia te enseñaremos a controlar los pensamientos que te generan ansiedad, consiguiendo que sean menos frecuentes, menos intensos y menos duraderos. Además, revisaremos las conductas que haces para enfrentarte a la ansiedad y te enseñaremos ejercicios para manejar el estrés o los miedos.
La terapia cognitivo conductual para la ansiedad cuenta con eficacia avalada científicamente.
- El trabajo de los pensamientos en la ansiedad.
Por un lado trabajamos los pensamientos para que puedas ver las situaciones que te generan estrés de una manera más objetiva. Cómo hemos comentado anteriormente, los pensamientos relacionados con los problemas de ansiedad son muy catastróficos. Suelen ser generales, tienen que ver con el futuro o son dicotómicos, es decir, no conseguimos ver un término medio, las cosas son o blancas o negras. Es normal que, pensando de este modo, las emociones que sintamos sean negativas y las decisiones que tomemos no nos acercarán a nuestros objetivos.
- El trabajo de las conductas en la ansiedad.
Por otro lado analizamos las conductas o acciones que realiza la persona para superar o controlar su ansiedad. En ocasiones tenemos que cambiar nuestra forma de actuar cuando aparece el estrés. Muchas de las cosas que hacemos para combatir la ansiedad pueden generarnos alivio a corto plazo pero a largo plazo pueden empeorar la situación. En terapia enseñamos habilidades, estrategias o ejercicios prácticos para que te enfrentes a la ansiedad poco a poco, a tu ritmo y con nuestra supervisión.
TRASTORNOS DE ANSIEDAD
Como hemos comentado a lo largo del texto la ansiedad puede tener diferentes síntomas y cada persona la experimenta de un modo. Los pensamientos que se asocian con la ansiedad también son diferentes, por ello, podemos clasificar los problemas de ansiedad de el siguiente modo:
- Trastorno de pánico. Ataques repentinos de ansiedad y miedo intenso sin un peligro aparente. La persona siente síntomas de ansiedad de forma muy intensa, generándole un gran malestar. Puede existir miedo a perder el control, a las propias sensaciones físicas o a sufrir un ataque al corazón.
- Trastorno de pánico con agorafobia. Cuando la persona experimenta sensaciones de ansiedad intensa y piensa que no la puede controlar puede sentir miedo a espacios abiertos o en los que no pueda recibir ayuda ante un posible ataque de pánico. Por ello, poco a poco deje de hacer actividades de la vida diaria como ir a trabajar, conducir, ir a centros comerciales y solo se sientan seguros en su propia casa.
- Trastorno de ansiedad generalizada. Personas con preocupación excesiva por temas o situaciones de la vida diaria. Se presentan síntomas de ansiedad intensa ante eventos cotidianos sin necesidad aparente.
- Trastorno obsesivo compulsivo. Pensamientos intrusivos y automáticos que a la persona le resulta difícil de controlar. Estos pensamientos producen gran ansiedad y, por ello, se realizan conductas o compulsiones para intentar aliviar ese malestar.
- Fobia específica. Miedo intenso a un estímulo o situación concreta.
- Fobia social. Temor excesivo a diferentes situaciones sociales. Las personas que sufren ansiedad social suelen pensar que van a ser juzgados o rechazados por los demás.
- Hipocondría. Ansiedad por la salud, miedo intenso a padecer una enfermedad. La persona puede estar segura de estar enferma o incluso experimentar alguno de los síntomas.
- Trastorno de estrés post traumático. Miedo intenso que padecen personas que han sufrido algún acontecimiento traumático (accidentes, atentados, agresiones, etc). Pueden experimentar ansiedad en situaciones que asocien al evento traumático, flasbacks, pesadillas, etc.
Esperamos que este artículo te sirva para entender la ansiedad y poder superarla. En algunos momentos es complicado, es posible que hayas intentando controlar la ansiedad por ti mismo y no hayas podido. Si te encuentras en esa situación, te recomendamos que busques ayuda, en concreto psicólogos cognitivo conductuales para la ansiedad. Como hemos comentado anteriormente, con esta terapia verás rápidamente los avances y conseguirás tomar el control de tu vida y recuperar el bienestar.
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21 de enero de 2013 — 15:50
vale la pena leer. Me pareció muy informativo laurafuster.psicologaenvalencia.es como he estado investigando mucho últimamente sobre cuestiones prácticas tales como hablar acerca de ┘
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18 de abril de 2013 — 18:24
Gracias por ayudar , excelente información . 😉 😉
Laura Fuster
24 de abril de 2013 — 13:22
Gracias a vosotros por los comentarios.
Ya sabéis que si tenéis cualquier duda la podéis formular. El objetivo del blog es que sea lo más participativo posible.
Un saludo.
Mariela
9 de septiembre de 2013 — 9:41
Hace un mes terminé mi terapia por ansiedad con Laura. Recomiendo totalmente que si tienen algún problema que esté limitando su vida, pidan ayuda y ojalá a buenas manos como las de Laura.
Mi experiencia ha sido muy positiva, en principio me desesperé y pensé que no se me pasaría y cada vez me iba sintiendo peor, pero luego de las sesiones y los ejercicios aprendidos todo ha mejorado y ha vuelto a la normalidad! Muchas gracias Laura! Saludos
Laura Fuster
18 de septiembre de 2013 — 19:57
Muchas gracias por tu comentario Mariela. Siempre decimos que por lo menos el 90% del éxito de la terapia depende de vosotros. En tu caso queda claro, has trabajado duro y eso se nota en los resultados.
Un saludo y que vaya muy bien!
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10 de octubre de 2013 — 2:46
Este artículo es digno de marcar en mi opinión. Vale la pena ahorrar para futuras referencias. Es una lectura fascinante, con muchos puntos válidos para la contemplación. Tengo que coincidir en casi todos los puntos hechos en este artículo.