La desobediencia de los hijos es un tema que siempre ha preocupado y que, por lo que veo en el día a día, sigue preocupando a los padres de hoy. Sin duda es un tema importante.
Lo primero que tenemos que saber es que esta conducta de desobediencia depende en gran medida de la conducta de los padres. Tendemos a dar las órdenes y a esperar a que los niños las cumplan, pero llegando a acostumbrarnos a que no lo hagan a la primera. Así, pueden dar la orden una, otra y otra vez sin recibir una respuesta más que un “¡ya voy!”. Por un lado, los padres aprenden a dar la orden un rato antes de lo normal porque ya saben que el niño va a tardar en obedecer y, por otro lado, el niño aprende a que puede no hacer lo que le han mandado hasta que su padre/madre se enfade y actue apagándole la tele o quitándole la consola. Como vemos, el aprendizaje no es bueno ni para unos ni para otros. Hay que darle la “vuelta a la tortilla”.
Si al final vamos a acabar actuando, ¿por qué no empezar por ahí? Debemos acostumbrar a los niños a que obedezcan a la primera y no a la séptima u octava vez cuando ya nos hemos enfadado.
Lo que deberíamos hacer es dar la orden una vez y si a la segunda vez que se da (por ser un poco flexibles, que también es bueno) el niño sigue a lo suyo iremos y finalizaremos la tarea que esté realizando, ya sea apagar la tele, videoconsola, retirar el juguete, etc., y asegurarnos de que se pone a cumplir la orden. De esta manera, el niño acabará aprendiendo que es mejor hacer lo que sus padres le mandan a la primera, ya que no puede continuar con su entretenimiento, y los padres a la larga notarán que no pierden la autoridad. Eso sí, todo esto hay que hacerlo sin enfadarse o levantar la voz, simplemente explicando que se ha pedido que se haga algo y debe de hacerse lo antes posible. Os aseguro que enfadarse no va a llevar a nada más que a malas caras y malos sentimientos. Y por otro lado, ¿quién no ha estado haciendo algo, le han interrumpido y ha dicho “¡ya voy!”?
Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP)
16 de marzo de 2011 — 16:52
Hola Iris! Te felicito por el blog y el artículo. Te dejo otro enlace relacionado también con el comportamiento de los niños que me gustó http://bit.ly/f87fvJ. Un saludo
Iris Salazar Alfaro
21 de marzo de 2011 — 1:19
Cultivar en los niños el valor de la obediencia es muy importante,la autoridad se debe ejercer bajo el amor, no bajo la represión o las implicaciones y consecuencias agresivas que pudieran derivar de transgredir una norma. El niño y la persona en general interioriza, que el buen comportamiento es lo más sensato al actuar, por que muchos hijos y estudiantes tienen más miedo que respeto a sus padres y maestros, la verdadera autoridad genera respeto por que la norma, es dada como ejemplo de dignidad.
irismoret
22 de marzo de 2011 — 12:52
Gracias por el comentario. Me he leído el enlace y estoy de acuerdo contigo, me ha parecido muy interesante. ¡Gracias otra vez!
Brooks Tyler
4 de febrero de 2013 — 10:33
Una de las tantas cosas que como madres y padres vivimos con los hijos es el aprendizaje del orden. Y voy a tomarlo en dos sentidos. Como padres, aprendemos que es bueno tener orden, que para los niños es sano que haya horarios, por ejemplo. Las rutinas son importantes: hora de la comida y cómo hacerlo (en familia, en tranquilidd), la hora del baño, la hora del cuento… no me refiero a ser esquemáticos y perder la espontaneidad, pero hay cosas que piden orden para funcionar bien, yo lo aprendí manejando. En una avenida muy transitada en la ciudad de México, no habían pintado los carriles y yo me sentía totalmente insegura, no sabía si iba en el carril adecuado, si estaba en el de otro… como conductora novata me eran indispensables los carriles definidos, creo que esto explica la seguridad que los límites, los horarios y el orden dan a nuestros hijos.
Iris Moret
7 de febrero de 2013 — 14:09
¡Tienes toda la razón! El ejemplo que has puesto me parece muy clarificador. Gracias por dejar tu comentario.